Un maravilloso ejemplo de como una niña encontró lo que le motivaba
En los años 30, en Inglaterra, unos padres recibieron una carta, del colegio de su hija, advirtiéndoles que tenía un problema de aprendizaje.
Al parecer la niña no paraba de moverse: no podía concentrarse.
Los padres llevaron a la niña a un especialista, este dejó explicar a su madre durante 20 minutos sobre todos los problemas de concentración que tenía la pequeña.
Después de escuchar la explicación, el especialista encendió la radio, sintonizó una emisora de música y pidió a los padres que dejaran unos minutos a la niña sola en habitación donde estaban, pero, antes de cruzar la puerta, les pidió que se quedaran quietos y observaran a su hija. Desde el momento que la radio estuvo sintonizada con la música, la niña no podía parar de moverse al ritmo de la música.
El especialista se quedó mirando a sus padres fijamente y les dijo que su hija no tenía ninguna discapacidad, simplemente les dijo que su hija era una bailarina en potencia.
Los padres la llevaron a una academia de baile, y la niña descubrió aliviada que todas las niñas eran como ella. El resultado es que, con el tiempo, la niña se convirtió en bailarina solista del prestigioso Royal Ballet de Londres, terminó fundando su propia empresa, ha sido responsable de algunos de los musicales más importantes de la historia, como “Cats“, y el “Fantasma de la Ópera“, y es multimillonaria. Se llama Gillian Lynne, y no sólo ha sido feliz en su trabajo sino que ha dado felicidad a mucha gente al verlo.
Como dice Ken Robinson, una persona que está colaborando con muchos países en mejorar y modernizar sus sistemas educativos, los niños nos envían “señales “, es tarea de los padres interpretarlas como sabiamente hizo el psicólogo de Gillian Lynne en esta historia real.